El próximo 8 de julio Tamara Falcó e Íñigo Onieva se darán el ‘sí quiero’ en El Rincón ante más de 400 invitados. El enlace, que promete ser uno de los eventos más importantes del año de la crónica social, no para de dar de qué hablar y vuelve a estar en el centro de la polémica. Cada detalle de los preparativos que sale a la luz coloca a la marquesa de Griñón y al empresario en el ojo del huracán mediático. Uno de los temas que más controversia ha generado ha sido la invitación de la boda y la lista de regalos. El prometido de la hija de Isabel Preysler ha tenido que hacer frente estos últimos días a los comentarios sobre el exclusivo catálogo de obsequios que ha elegido Falcó en ‘Atípica’, en la que aparecen lujosos objetos de decoración, como una cubitera valorada en 1300 euros o una manta de cashmire de 760 euros.
Para los invitados que no quisieran elegir un regalo de la lista de bodas, los novios, en la web nupcial que han creado para el evento, han añadido una pestaña de ‘regalo ficticio’, en el que obligarían a los asistentes a ingresar una cifra mínima para asistir al enlace matrimonial de 150 euros por persona. Este apartado, en otras palabras, sería un número de cuenta al uso para contribuir económicamente a los gastos del evento. Desde que salió a la luz, esta exigencia ha sido muy criticada por algunas voces que no entienden esta imposición por su condición económico y social.
Esta filtración no sentó nada bien a Onieva que, lejos de confirmar o desmentir la noticia, estalló contra la prensa al ser preguntado sobre el asunto. «Tenéis acceso, mirarlo vosotros. Hasta luego. Mirarlo, si tenéis acceso. Está por todos lados», dijo muy serio sobre esto. No es la primera vez que el empresario cuestiona a los medios de comunicación y los acusa de «sacar» las cosas «de contexto de una forma que es acojonante».
Después de todo este revuelo, algunos rumores apuntaban que Tamara Falcó e Íñigo Onieva podrían vender la exclusiva de la boda por una cifra que podría superar las seis cifras, y que la marquesa de Griñón, ante tal cantidad, se habría planteado donar gran parte a una asociación religiosa. Ante esta información, el empresario ha reaccionado ante los medios que lo esperaban en la puerta de la casa que comparte con la socialité en el centro de Madrid. El joven, lejos de contestar, ha preferido guardar silencio y hacer caso omiso a la cuestión. Onieva, con cara de pocos amigos, ha entrado a su domicilio ignorando a la prensa, con hartazgo. ¿Cuánto tiempo tardará Onieva en ser claro con todas las informaciones que salen sobre su compromiso matrimonial?