Tamara Falcó no puede creer que se haya creado un debate en torno a su peso de cara a su boda con Íñigo Onieva. Durante la semana se ha apuntado a que la Marquesa de Griñón querría perder alrededor de 10 kilos antes de lucir su vestido de novia y que se ingresaría en un centro para ello. En ‘El Hormiguero’ aprovechó la ocasión de aclarar de una vez por todas qué es lo que sucede realmente y está lejos de lo que se pueda pensar. «Están todo el día diciéndome que voy a perder kilos para la boda. ¡Piérdalos usted!«, lanza muy segura a cámara.
En plena organización del enlace en el Palacio de El Rincón el próximo 8 de julio y en lo que menos piensa es en poner restricciones en su alimentación. «Estoy en mi normopeso, puedo estar más delgada o menos pero, si el traje me lo están haciendo a medida, por qué tengo que perder kilos», sentencia entre risas con sus compañeros de mesa. La hija de Isabel Preysler está en constante contacto con Wes Wordon, diseñador de Carolina Herrera, después de que su diseño sea finalmente el que lucirá. Hace una semana, de hecho, ya tuvo su primera prueba de este futuro traje en Nueva York y volvió llena de ilusión y con todo ya encarrilado.
Ve injusto de hecho que sea a ella, a Tamara Falcó, a quien se le señale si ha engordado o no. «Nadie le ha preguntado a Íñigo si va a perder 10 kilos. Es que claro…«, asume. La colaboradora de Antena 3 se encuentra tan feliz por todo lo que está viviendo que no piensa ni dedicarle un segundo a todos aquellos que continúen con su imagen como tema de conversación. «Es verdad que estoy viviendo un momento pletórico y todo lo que me dicen…» decía mientras hacia gestos como si le «resbalaran» las críticas que recibe.
Tamara Falcó se planta ante «el mal fario» de su boda
Además del problema con el vestido y el debate sobre su peso, Tamara Falcó suma otras presiones. A esos «problemas» de su boda añadiría un supuesto «mal fario», mala suerte. Todo esto se está acumulando y la está sometiendo a una gran presión. «En cualquier momento petará», nos comentó a SEMANA alguien de su entorno más cercano sobre toda está situación. Son muchos los que apuntan a que los acontecimientos que han rodeado su vida en las últimas semanas podrían ser señal de algo. No creen en esta segunda oportunidad que la pareja se da tras la infidelidad que Íñigo Onieva protagonizó. ‘Sálvame’ consciente de ello mandó a dos santeros a su casa hace unos días para ayudarla y no terminó de convencerle este «regalo».
«Hablamos de la mala suerte y una cadena me mandó dos santeros. Me olía a incienso todo y era por eso. Eché agua bendita por todas partes, llamé a los sacerdotes…«, recuerda nada más descubrir lo sucedido. Ana Boyer también se pronunció respecto a esta mala suerte en su última entrevista y, al igual que su hermana, está convencida de que no existe y que se casarán. “Por supuestísimo que sí. No digas eso que se me para el corazón”, le decía a Bertín Osborne que bromeó con la posibilidad de que no sucediera. Fernando Verdasco, su marido, que se encontraba junto a ella también se reía de la situación y le pedía entre risas, de hecho, que no lo planteara mientras estaba bebiendo en plena cena. «No digas esto cuando estoy bebiendo» le decía el tenista.