Tamara Falcó hacía las maletas junto a su madre Isabel Preysler para disfrutar de unos días de desconexión en Maldivas coincidiendo con su 41 cumpleaños. A ellas se sumaba Ana Boyer, Fernando Verdasco y sus dos hijos, quienes no se han separado de su lado desde que hace dos meses la traición de Íñigo Onieva revolucionara por completo su vida. Todos lo han pasado en grande y no es para menos.
«Hay destinos que te dejan con ganas de volver siempre. Ha sido un sueño hecho realidad y una forma totalmente distinta de celebrar mi cumpleaños (…) Se ha convertido en un recuerdo que jamás olvidaré», escribía Tamara junto a una batería de imágenes de lo que ha sido este viaje inolvidable en uno de los resort de lujo más importantes del mundo.
Tamara Falcó se alejaba del frío de Madrid para disfrutar del sol y el mar en la mejor compañía. La marquesa de Griñón ha recuperado la sonrisa y afronta esta nueva etapa de su vida -sin Íñigo Onieva- con mucha ilusión.
Aunque Ana Boyer siempre ha preferido mantenerse al margen de la polémica, no dudó en correr al lado de su hermana mayor cuando todo saltó por los aires. «Hay que ser tajante con una infidelidad», le aconsejaba, algo que Tamara ha seguido a rajatabla. Hoy disfrutan de los pequeños momentos que les regala la vida, como este viaje en familia en un paraíso como es Maldivas.
Tal y como ha revelado Tamara, su madre y su hermana quisieron sorprenderla en el día de su cumpleaños con una cena muy especial. «Dream team» (Equipo de ensueño), así ha bautizado la marquesa de Griñón el vínculo que siente hacia Isabel y Ana.
Tamara siente un vínculo muy especial no solo con su hermana sino también con su madre Isabel Preysler, todo un referente para ella. Gracias a ellas ha conseguido olvidar, al menos durante unos días, el momento tan delicado que está atravesando tras comprobar con sus propios ojos como Íñigo Onieva la traicionó solo unos días después de anunciar su compromiso.