Hace solo unos días era Íñigo Onieva (34 años) quien hacía públicas las fotos inéditas de su romántica pedida de mano junto a una preciosa declaración de amor. Pues bien, no ha sido hasta hoy, 48 horas antes de su boda, cuando Tamara Falcó (41 años) ha recordado este día inolvidable.
La casa de Isabel Preysler en la exclusiva urbanización Puerta de Hierro acogió una velada íntima a la que no faltaron los familiares y amigos más íntimos de la pareja. Un día muy especial en el que los novios se intercambiaron sus regalos y sus respectivas familias tuvieron la oportunidad de conocerse y pasar una bonita noche antes del gran día. Tamara le regaló a su prometido un lujoso reloj de la marca Patek Philippe, mientras que él le correspondió con una pulsera exclusiva de José G. Onieva, su tío.
La declaración de amor de Íñigo Onieva a Tamara Falcó antes de su boda
A lo largo de sus tres años de relación, Tamara Falcó e Íñigo Onieva han vivido en una auténtica montaña rusa de emociones, pero el amor ha vencido y este sábado, 8 de julio, se darán el ‘sí, quiero’ en una boda de ensueño que tendrá lugar en el palacio de El Rincón. Con los sentimientos a flor de piel, el empresario abría su corazón como nunca para hablar del profundo amor que siente por ella. “Eres magia mi amor, gracias por sacar la mejor versión de mi y llenarme de felicidad cada día. No puedo admirarte más. Eres valiente, luchadora y pura luz”, decía para después pasar a hablar del que promete ser uno de los días más felices de su vida. “Empieza nuestro camino juntos como familia donde el ‘TÚ’ y el ‘YO’ desaparece y pasa a ser ‘NOSOTROS’ y nada mas importa. Gracias por tu valor, amor, alegría y generosidad!”.
Aunque en un principio, los protagonistas quisieron mantener en su intimidad este día tan especial. La inminente celebración de su boda les ha hecho rememorar a ambos este día tan especial. Tamara no tardaba en responder a su prometido con unas cariñosas palabras: “Tú también eres luz. Gracias por dejarme quererte”.
El jardín de la casa de Isabel Preysler fue el escenario elegido por Tamara e Íñigo para celebrar su romántica pedida de mano. La socialité actuó de perfecta anfitriona y todo salió a las mil maravillas.
Si para el día de su boda ha confiado en Carolina Herrera, para su pedida de mano Tamara lució radiante con un vestido de encaja plagado de volantes de la firma australiana Zimmermann. Un auténtico lookazo que combinó con unos salones metalizados en color dorado.
Mientras que Isabel Preysler se decantó por un impecable vestido satinado en color azul con estampado jacquard, que combinó con salones a juego. Llamó la atención que su hija Ana Boyer se vistiera a juego con ella, en su caso un vestido de largo midi con escote cerrado en color mostaza.
Isabel Preysler se hizo cargo personalmente del montaje de las mesas donde no faltó una lujosa vajilla de color azul y flores naturales. Tamara quedó tan encantada con el resultado y confía tanto en el buen gusto de su progenitora que le ha confiado esta labor también para el día de la boda.