Por el bien de los niños, Shakira (45 años) y Gerard Piqué (35 años) han aparcado mínimamente sus diferencias, que no son pocas y han llegado a un acuerdo en estos dos fines de semana consecutivos en los que se han celebrado los respectivos cumpleaños de sus hijos. El mayor cumplió diez años el pasado domingo y este, ha sido el pequeño el que ha celebrado su octavo cumpleños.
Y si el pasado fin de semana los niños le tocaban a Gerard Piqué y, a mediodía, llevó a sus hijos a la que fue la casa familiar, en Esplugues de Llobregat, donde Shakira había montado una fiesta infantil con unos quince amiguitos de los niños, este domingo se han cambiado las tornas. Los niños le tocaban a Shakira, así que ha sido Piqué el que los ha recogido a primera hora de la mañana y ha comido con ellos y con los abuelos paternos. De este modo, los dos cumpleaños han podido disfrutarlos tanto el papá como la mamá, así como los abuelos maternos y paternos.
La casa en la que vive Shakira con sus hijos, que está pared con pared con la de los padres de Piqué, se ha convertido en un lugar de peregrinación, ya no solo de muchos periodistas y cámaras de televisión, sino también de muchos fans de la cantante colombiana. El pasado domingo, incluso, Shakira salió a la terraza a saludarlos, como muestra del cariño y respeto que la cantante siente por sus seguidores. Distinta es la actitud de Piqué, que llega y sale del garaje de la casa sin atender a nada ni a nadie.
La controvertida relación de Shakira y su ‘suegrita’
En la demoledora canción que Shakira grabó con Bizarrap, la colombiana cargó duramente contra Montserrat Bernabéu, la madre de Gerard Piqué. Hay versiones que aseguran que la relación entre ambas nunca fue buena y que habían muchos roces entre ellas porque Shakira no terminaba de sentirse integrada en la familia de su pareja. Por otra parte, y tal y como publicó en exclusiva la revista Lecturas, la madre de Piqué, seguramente sabedora del temperamento de su hijo, ha sido un gran apoyo para Shakira durante los doce años que ha durado la relación.
Uno de los grandes disgustos que se ha llevado Montserrat Bernabéu sería que sus nietos ya no la llaman ‘ona’, el diminutivo de ‘iaiona’ (abuelona, en catalán), por expreso deseo de Shakira, que les habría dicho a sus hijos que le pone triste que se refieran a su suegra con este cariñoso nombre.