Después de explicar con lujo de detalles cómo fue el reparto de la herencia de Rocío Jurado, en el episodio número 12 de ‘En el nombre de Rocío’, Rocío Carrasco ha abordado por primera vez los motivos de su distanciamiento con Gloria Camila a quien definía con emoción como una niña “pizpireta, graciosa, lista, inteligente y zalamera”.
Rocío echa la vista y recuerda el terrible episodio que vivió con su hija Rocío Flores y que supone la marcha de la joven de casa de su madre: “Antes de las navidades, recibo una llamada de Ortega Cano. Es una llamada de auxilio, de ‘échame una mano”, cuenta haciendo referencia a la complicada adolescencia que estaba teniendo Gloria Camila.
Ante esto, Rocío Carrasco no dudó en ayudar a su hermana. De hecho, recuerda que ambas mantuvieron una conversación que terminó de la mejor forma: “Vale, hermana, te voy a hacer caso. Gloria siempre me respetó y siempre tuvo un comportamiento muy cariñoso conmigo”.
Lo que Rocío no podía imaginar es que después de esto José Ortega Cano le increpara su actitud. “Empezó a decirme que quién me creo yo para decirle a su hija cómo tiene que comportarse. Que no soy su madre”. La reacción de la protagonista no fue otra que romper con todo: “Me descoloco y empiezo a preguntarme por dónde me viene esto (…) Me desbordo y me quito de en medio”, cuenta.
“Yo no podía ni hacerme cargo de mí. Quería que aquello se resolviese de forma favorable, pero me encuentro que me dan otra hostia que no vi por dónde me venía. Por eso decido desaparecer y no saber nada de nadie“, puntualiza haciendo referencia al momento en el que quiso quitarse la vida.
Pero, ¿existe la posibilidad de que haya un acercamiento entre ellas? Aunque Rocío mantiene un cariño incondicional hacia sus hermanos, es consciente de que es “muy complicado” que exista una reconciliación entre ellas por la relación tan cercana que Gloria tiene con Antonio David Flores. A Rocío no le cabe duda que a lo largo de estos años se ha intoxicado a su hermana para ponerla en su contra.