Rocío Carrasco que tras la separación de Olga Moreno y Antonio David Flores solo tenía que sentarse a esperar porque se destruirían solos. Y hace apenas unas horas su premonición ha empezado a producirse. El detonante ha sido el cumpleaños de la pequeña Lola, única hija en común del ex guardia civil y la sevillana, y el excesivo protagonismo en redes que han hecho de su imagen su padre y sobre todo Marta Riesco, su novia. Y todo porque la fiesta de cumpleaños fue íntegramente patrocinada por diferentes marcas con las que trabaja la reportera y tenían que retransmitir el cumpleaños de la menor.
Y eso hizo estallar a Olga, a pesar de que siempre ha sido súper prudente: “No estoy de acuerdo ni he consentido ni consentiré la exposición excesiva e innecesaria que se ha hecho de mi hija en las redes sociales en estas últimas 24 horas”. El ex guardia civil y Marta no se han dado por aludidos o, al menos, eso han hecho ver en sus redes sociales.
Las cosas entre Antonio David y Olga no están bien. Pero no lo están desde hace tiempo. Él ya tiene una nueva vida con la periodista y eso les distanció. Cuando Olga inició la relación con su representante, información que adelantamos en este portal y ellos negaron al principio, y el de su exmarido, Agustín Etienne, les término de distanciar. Rocío Carrasco sabía que ellos batallaban ya por separado pero con lo que ha pasado estos días está encantada. “Da palmas con las orejas”, nos asegura una persona que tiene contacto con ella. “Ella sabía que esto iba a pasar, que ellos terminarían separándose y que iban a terminar mal. Solo era cuestión de tiempo”, nos asegura.
Rocío Carrasco “está feliz. Está celebrando lo que está ocurriendo entre Antonio David y Olga. Se alegra que las cosas entre ellos estén tensas y que en cualquier momento salga todo por los aires”, nos explican. “A ver si así la dejan a ella un poquito en paz”, señala. “Rocío sabe que terminarán despellejándose entre ellos en televisión”, sentencia.
Tras su separación, Olga hizo todo lo posible por llevarse bien con su ex, a pesar de que la noticia de que él estuviera con Marta Riesco desde hacía tiempo le rompió el corazón. Olga, pese a todo y todos, seguía enamorada de su marido, y quería seguir llevándose bien con él, sobre todo por su hija, pero también por ella. Tanto es así que incluso Olga, en sus semanas de custodia con Lola, también se quedaba con David. Pero el punto de inflexión llegó cuando la campeona de Supervivientes empezó a rehacer su vida junto a su representante, Agustín Etienne. En ese momento, Antonio David, y mucho más su hija Rocío Flores, lo vieron como una traición por parte de ella y por parte de él y se distanciaron. Desde entonces, Olga no ha hablado prácticamente nada con Ro y con Antonio David lo justo.
Ya no hay que ocultar nada ni guardar las formas. La relación entre ellos está rota y aunque se ‘entienden’ por su hija, no hablan de nada más. Solo les siguen uniendo los temas judiciales. Y muchos de ellos contra Rocío Carrasco. Él más duro, el de alzamiento de bienes, en el que los dos tienen mucho que perder, aunque evidentemente más Antonio David, en caso de ser condenado porque piden para él cuatro años de prisión.
Con todo este panorama, Rocío Carrasco se está frotando las manos. Y no solo porque se alegre de la situación, sino porque para ella es la mejor de las venganzas, ver dinamitada a esa familia. “Conoce tan bien a su ex que sabía que en cuanto se separaran solo era cuestión de tiempo que se mataran entre ellos”, nos dice alguien cercano a la hija de Rocío Jurado. “Y, por supuesto, le fascina ver a Olga fastidiada porque en el cumpleaños de su hija otra ejerza de madre. Es lo que ha vivido ella durante años”, nos aseguran desde su entorno.