Hace casi dos décadas que Paula Echevarría (45 años) vive ligada a los titulares. No hay semana, y en algunos momentos día, en que su nombre no aparezca en un artículo de sociedad o de moda. De hecho, aunque ella es actriz, su estilismo siempre ha sido muy alabado y se ha convertido con el paso de los años en una influencer de moda, de hecho, fue de las pioneras en el arte de enseñar su look diario a través de Instagram. Algo que a priori puede parecer muy divertido, pero que sin duda también la expone para recibir todo tipo de opiniones, incluidas las más críticas o desfavorables. Pero nunca ha sido para ella un motivo de freno, si no todo lo contrario, de hecho, en 2018 se animó a lanzar su propia firma.
Se llama Space Flamingo y ella misma es la mejor modelo de cada colección. Es un negocio de venta online con prendas seleccionadas por Paula y que encajan en los outfits que ella elegiría para cada ocasión, por eso, en sus redes, podemos verla lucir la mayoría de las piezas que tiene a la venta. Los precios son muy variados, los vestidos que son una de las prendas en las que más variedad ofrece en verano, oscilan entre los 200 y los 300 euros, pero ahora, que ya ha comenzado la temporada de rebajas, muchos de ellos pueden encontrarse en torno a 70, un precio mucho más asequible.
La empresa, que se dio de alta en 2018, está a punto de cumplir cinco años y no es solo de Paula, es un proyecto que comenzó junto a su representante y amiga Ana Tenorio y otro socio y en él todos ocupan el cargo de ‘administrador solidario’, lo que quiere decir que tiene que ponerse de acuerdo para tomar las decisiones importantes de la sociedad. Se llaman ‘Salt & Sun Project SL’, y su objeto social está tipificado como “comercio al por menor por correspondencia o internet y el diseño y la confección, suministro, comercio, distribución, importación y exportación”. Comenzaron con una inversión de 30.000 euros, y en el 2021, último año fiscal que se puede consultar, cuando cumplían tres años en el mercado, cerraban con unas ventas ligeramente superiores al medio millón de euros, concretamente 552.000, y un total activo de 225.000. Unas cifras que indican sin lugar a dudas que el negocio funciona y que el producto tiene una buena acogida.
Eso no quiere decir que este exento de críticas, pues opiniones hay para todos los gustos y hay quien considera, y así se lo deja por escrito a Paula en sus posts de Instagram donde aparece con prendas de la marca, que los precios son demasiado elevados. Hasta el momento, ella jamás a entrado a justificar este extremo, y no parece irle mal, pero si ha habido otro que ha querido puntualizar y dejar claro. La última semana se ha hablado mucho de su físico, y ella, por una vez, no ha querido morderse la lengua.
La última polémica de Paula Echevarría
Todo comenzó el pasado 19 de junio cuando la asturiana compartía en stories una foto suya que formaba parte de una campaña publicitaria de una marca de gafas de la que es imagen en la que aparece con una falda vaquera corta, un top de tirantes y unas botas altas hasta las rodillas en tono azul. Minutos después comenzó a recibir comentarios en los que se criticaba que se pusiera ese tipo de ropa y se la acusaba de haber puesto filtros a la foto para parecer más tonificada, a lo que ella, respondió tajante: «Sabéis, quienes me seguís desde hace años (algunos muchos años) que no suelo ‘entrar al trapo’ en nada de lo que se pueda decir sobre mí en redes sociales. Y no porque me tenga que controlar, sino porque realmente no le doy ni la más mínima importancia” decía, y continuaba, “Después de ver algunos comentarios vertido por algunas mujeres (sí, son todas mujeres y seguramente muchas de ellas son las que van encabezando las manifestaciones feministas, llenando sus redes de frases motivadora y sentenciando como debemos apoyarnos entre nosotras, y la sororidad y todas esas cosas que tan bien nos sabemos en la teoría) en mi publicación de ayer me veo casi en la obligación de comentar…” explicaba tajante.
Y continuaba “Hace dos años me encontraba probablemente en la peor condición física de toda mi vida. Acababa de tener un bebé y, durante el embarazo, había ganado casi 30 kilos a pesar de seguir haciendo ejercicio. Me encontré, de repente, con un peso en el cual no me reconocía y con una edad en la que las cosas no vuelven solas a su sitio”, explicaba con sinceridad. “Hoy, dos años, después, estoy muy orgullosa de que, a base de organizar mi alimentación, haber encontrado disciplinas de deporte como el BalletFit vuelvo a reconocerme. Me veo mejor que nunca. También me hago tratamientos en centros de estética, por supuesto. La piel, por mucho deporte, con 45 años hay que ayudarla a recuperar firmeza” terminaba siendo clara y acabando con las especulaciones”. Una explicación con la que se ha quedado más tranquila y ha zanjado la polémica, ahora podremos seguir viéndola lucir sus prendas favoritas de Space Flamingo en un cuerpo con el que se siente más cómoda, pero hace dos años no dejó ni de vestirse, ni de mostrarlo, y también lucía estupenda, pues talla nada tiene que ver con el estilo, y esta claro que Paula tiene el suyo muy definido y además crea tendencia.