La muerte de Silvio Berlusconi es la percha que ha hecho salir de la madriguera de su retiro a Paolo Vasile, que llena de halagos en una entrevista concedida al digital de Pedro J. Ramírez la memoria del hombre que le hizo millonario y poderoso, y al que el romano, ahora jubilado, le entregó décadas de trabajo y miles de millones de beneficios.
Pero más allá del homenaje a su admirado mentor, Vasile da algunas pistas sobre la situación del gigante audiovisual que abandonó el pasado 1 de enero y que navega más a la deriva desde entonces. Vasile dejó la cadena después de perder caer las audiencias en favor de Atresmedia pero tras la salida del empresario la situación ha empeorado: no se acaba de perfilar un nuevo modelo televisivo que dé opciones de recuperar el liderazgo y para colmo en Mediaset se vive una guerra declarada entre Alessandro Salem, el Ceo, máximo responsable y primer Ejecutivo de la empresa, y el presidente Borja Prado, relegado a labores estrictamente institucionales y blanco de una ofensiva desde su propia cadena ya no tan soterrada. Vasile no entra en estas polémicas y por tanto no se refiere al terrible enfrentamiento que él mismo mantuvo con Borja Prado antes del relevo. Sí habla del final de Sálvame, que llega casualmente el día que Paolo Vasile cumple 70 años, el viernes 23 de junio.
«Llamar telebasura a algo que a la gente le gusta es ofender al público», dice el que fuera todopoderoso Ceo de Mediaset en declaraciones a El Español. «No es educado hablar de telebasura. Es muy ofensivo hablar de basura cuando consiste en algo a lo que la gente dedica tanto tiempo», argumenta el antecesor de Alessandro Salem.
«Me parece una gran estupidez», subraya, para acuñar después una de sus conocidas máximas: «Sólo hay dos clases de televisión: la que la gente ve y la que la gente no ve», repite. Vasile, en la entrevista concedida al periodista Daniel Ramírez, alaba al fallecido Berlusconi, como hizo siempre cuando su jefe aún vivía, y vaticina que la muerte del magnate no cambiará el rumbo de Mediaset: «Desde que entró en política, se mantuvo al margen. No va a influir», opina. Preguntado por el comentado final de Sálvame, defiende su legado: «Se revisará en el futuro», augura. «Algunas cosas son minusvaloradas en el presente y adquieren importancia con el tiempo. Todos los fenómenos de masas tienen un motivo», razona el ex directivo que estuvo más de dos décadas al frente de la filial de Berlusconi en España. Vasile explica el triunfo del modelo de televisión que implantó (mucho corazón y telerrealidad) porque España (como Italia) es un país de cultura católica: «A las personas de cultura católica nos gusta el sufrimiento, el perdón y lo prohibido», argumenta, y justifica la escasez de programas políticos en una cadena que era propiedad de un ex primer ministro: «A la gente no le interesa tanto», sostiene. «Estoy seguro de que a la gente no le interesa la política todo el año. Es un interés puntual, que aparece, por ejemplo, con las elecciones o con grandes cambios. La gente se apasiona con la competición, el conflicto, el amor, o el odio. Cuando la política es eso, interesa. Pero no se debe institucionalizar el aburrimiento», afirma. «La televisión debe hablar de política cuando es importante, no todo el tiempo. Ahora, en España, sí es un momento interesante para la política», remarca.