Olga Moreno ha concedido desinteresadamente una entrevista a Hola, es decir, sin cobrar, dando jugosos titulares. Sin duda, si la ex de Antonio David Flores hubiera firmado una exclusiva con alguna publicación de este tipo, habría sido la estrella de la primera página o al menos llevaría una enorme ventana. Este mismo lunes fue portada de otra publicación.
En el cerrado mundillo de las revistas, las agencias y los representantes hay una cierta perversión no escrita según la cual a menudo la importancia de un tema se presupone proporcional al precio pagado, pero no siempre es cierto. Desde la percepción de los lectores, clientes finales del producto, la relevancia de una información no siempre depende del precio pagado. Hablamos de perversión del criterio periodístico cuando por ejemplo una entrevista no se valora simplemente porque el personaje no cobra.
Pero Olga da titulares al periodista J. de S., que firma la entrevista. Por ejemplo, confiesa la ganadora de la anterior edición de Supervivientes qué siente cuando ve a su ex besándose con Marta Riesco, la periodista por la que el ex guardia civil decidió poner fin a sus 21 años de amor. Y siente indiferencia. No hay mayor desprecio que no hacer aprecio, dicen. “Nada, cero. Antes me dolía, pero ya no”, declara Moreno abriendo, gratis, su corazón para aclarar qué hay de verdad en su rumoreada relación con su representante, Agustín Etienne.