No hay ni rastro público de Íñigo Onieva. El relaciones públicas ha desaparecido por completo del panorama mediático desde que el pasado sábado Tamara Falcó abandonase el hogar donde compartía su vida con él. Nada se sabe de él. Sin embargo, su familia sí dado la cara ante la prensa en más de una ocasión.
Carolina Molas, madre de Íñigo, era la primera persona de su entorno que aseguraba ante las cámaras que todos estaban destrozados, dejando claro que no compartía la actitud que había tenido su hijo con la Marquesa de Griñón. Pensaba quizás que con esas declaraciones las cámaras se irían de su entorno, pero lo cierto es que la imagen más buscada en este país es la de su hijo y, como todo ser humano, lo lógico es que este busque el calor familiar.
Las consecuencias de sus actos las están sufriendo toda su familia. Al salir a la luz que Tamara ha dejado de seguir a su madre y a su hermana en redes sociales este mismo jueves, los medios de comunicación le han preguntado a Carolina qué le parecía este nuevo movimiento de su exnuera, algo que ha provocado que esta se derrumbe por completo.
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Sin poder evitar las lágrimas, Carolina salía de un club deportivo al que acudía a entrenar. Sin articular palabra, aguantando el chaparrón de preguntas de la prensa y con la cabeza bien alta, la madre de Íñigo se dirigía hacia su coche sin poder controlar su llanto y reflejando la crudeza del momento por el que está pasando.
