La relación la infanta Cristina e Iñaki es tensa. Así lo demostraron hace unos días en Bidart, la localidad vasco-francesa en la que veranean los Urdangarin y a la que viajó la infanta Cristina para visitar a su suegra, Claire Liaebert, a la que adora.
El viaje de la ex duquesa de Palma al norte estaba planeado, pero lo que dejó boquiabiertos a algunos vecinos fue verla junto a Iñaki Urdangarin en un chiringuito playero. Sucedió hace unos días. Según Esdiario, la infanta paseaba por la playa al atardecer con aire melancólico, visiblemente más delgada y vestida con blusa blanca, pantalón rojo y unas gafas de sol. A las siete de la tarde, la hermana del rey Felipe VI, seguida por su guardaespaldas, se dirigió a un pequeño bar del paseo marítimo donde la esperaba su ex marido.
Él, con pantalón y una gorra roja, se levantó para saludarla, aunque no hubo entre ellos ni un solo gesto de cariño: ni sonrisas, ni besos, ni abrazo. Un simple «Hola» fue más que suficiente. Es más, compartieron mesa pero ni si quiera se miraron durante los 30 minutos que se prolongó su encuentro, en el que intercambiaron frases mientras observaban el océano. Los guardaespaldas de ambos evitaron que este encuentro fuera inmortalizado.
Un día con sus hijos
Un día después, Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina se reunieron de nuevo, esta vez con sus hijos, Pablo, Miguel e Irene. Juntos disfrutaron de una jornada playera con la máxima normalidad. El ambiente era distendido y cordial e incluso compartieron risas y juegos acuáticos con tablas de surf. Esta vez sí, la estampa fue fotografiada y será publicada este miércoles en una conocida revista.
