Las informaciones en torno a Ana Obregón no dejan de sucederse. A la noticia de que había sido abuela de una niña, Ana Sandra, nacida por gestación subrogada gracias a un vientre de alquiler y el semen de su hijo, fallecido en 2020, ahora todos los focos apuntan directamente al libro, El chico de las musarañas, que empezó a escribir Aless cuando fue diagnosticado de cáncer.
Entre los diferentes pasajes, la actriz habla en el libro de cuando pensó suicidarse, de la última voluntad de Aless y de cuándo se enteró de la enfermedad de su hijo, entre otras cosas.
Pero, tal y como señala Lecturas, Ana podría haber cometido una indiscreción que podría dañar la maltrecha, según se rumorea, relación entre ella y el padre de su hijo, Alessandro Lequio.
Así, en el segundo capítulo , la también bióloga relata cómo fueron los días antes de que los médicos encontraran la causa del malestar y el dolor insoportable que no dejaban dormir a su hijo. El libro desvela que el primer diagnóstico eran “hemorroides”, hasta que el equipo de expertos detectó “un abceso” que consideraron que debía ser intervenido para evitar una infección. “Han encontrado un abceso bastante alargado por la pared del recto y quieren saber qué es”, son exactamente las últimas palabras escritas por Aless.
Entonces, se revela, Ana Obregón se vio en la responsabilidad de informar al cirujano y a su equipo de el trastorno de sangrado que padece Alessandro Lequio y que podría haber heredado su hijo. No es otra que la enfermedad de Von Willebrand, un trastorno crónico que impide que la sangre coagule de manera adecuada.
Una información que en aquel momento consideraron trascendental con el fin de que la intervención tuviera lugar con el mínimo de sobresaltos, y que, ahora, también se ha convertido en el último detalle al que hacen referencia los pasajes escritos por Aless.
