Lo demostró el pasado lunes cuando el público asistente al plató de Sálvame se le acercaba para pedirle que se hiciera selfies con ellos. A Belén Esteban le gusta coleccionar imágenes posando con famosos, pero intenta esquivar a todos los que intentan posar con ella. Malas caras, gestos desagradables, frases malsonantes… Su rostro denotaba el malestar que sentía en esos momentos y más de uno se dio cuenta de que posaba a regañadientes.
La princesa del pueblo se transformaba en la reina de la mala leche, como la bautizó una señora a la que la de San Blas desoyó cuando le solicitó el selfie. La Esteban se hizo la tonta y con un “ya está bien” se marchó con un disgusto supino.
Un miembro del equipo de Sálvame comenta a Informalia que escuchó “a dos mujeres criticar abiertamente a Belén, se las notaba muy enfadadas y desilusionadas por su desagradable actitud”. Nos dice que ellas la conceptuaban como “una tía simpática y humilde, y se llevaron una gran sorpresa”.
No es la primera vez que la vecina de Paracuellos actúa de tal manera. Otra señora, que responde a las iniciales M.P., ya hizo patente su desconcierto cuando se encontró a Belén en la calle y se negó a fotografiarse con ella: “Fue un momento muy desagradable, se comportó como una persona muy antipática”.