Tamara Falcó e Íñigo Onieva se han reconciliado. Fuentes cercanas a la pareja lo han confirmado a la revista «¡Hola!». Están felices e ilusionados y consideran que hacer las paces ha sido como un «milagro navideño» y que, en este caso, al contrario de lo que dice el refrán, segundas partes sí son buenas. Mejores, si cabe, que las primeras, afirma la misma publicación. Porque ambos están decididos a hacer funcionar este noviazgo, con más determinación que nunca, perdonando de corazón, comprendiendo las debilidades de cada uno, admirando las fortalezas del otro, poniendo en primer lugar la capacidad de amar y convirtiendo la adversidad en una oportunidad para seguir creciendo como pareja («¡Hola!», dixit).
El amor parece que se impone en la pareja que ha decidido darse una nueva oportunidad tras vivir la ruptura más polémica de los últimos tiempos –sin olvidarnos de la no menos sorprendente producida entre Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa hace apenas unos días–.Después de haber vivido unos meses muy convulsos, con muchos cambios y varios acercamientos y distanciamientos, parece que la marquesa de Griñón y el que vuelve a ser su pareja han acercado posturas.
Finalmente ha resultado que la marquesa de Griñón no es tan «cuadriculada» para los cuernos como aseguró en su día, cuando los rumores de infidelidad le perseguían, y ha decidido perdonar al empresario del ocio tras su sonado, y público, desliz en el Burning Man (el festival más salvaje, espectacular y creativo del mundo a 425 dólares la entrada donde Onieva fue fotografiado besando a otra mujer).
Los rumores de que entre ellos se habían producido un acercamiento sonaban con fuerza desde hacía tiempo, y aunque ninguno de los protagonistas ha confirmado su reconciliación al cierre de esta edición, sí lo ha hecho su revista de cabecera, seguramente con el beneplácito de la hija de Isabel Preysler.
Reuniones secretas
El mismo medio relata que la pareja se reunió «secretamente» a finales del pasado mes de noviembre y que, tras una larga charla, Tamara Falcó le propuso a Íñigo Onieva asistir juntos a la Misa del Gallo del 24 de diciembre en una iglesia del madrileño barrio del Niño Jesús. Nada más simbólico para una ferviente creyente como Tamara, que envolver su reconciliación de significado religioso. Por aquel entonces, LA RAZÓN ya publicó que fueron vistos en actitud muy cómplice por otros feligreses y que abandonaron juntos el templo, en una furgoneta gris.
La misma publicación también desliza que empezaron juntos el año nuevo, a pesar de los planes que en un principio tenía Tamara Falcó de pasarlo fuera de España con su amigo, que finalmente solo ha resultado ser eso, Hugo Arévalo. Por lo visto, Íñigo Onieva se presentó en casa de Isabel Preysler el 31 de diciembre, y allí mantuvo una intensa charla con la que él había calificado hacía unos meses como «el amor de mi vida», que concluyó con su reconciliación oficial.
Hace menos de un mes, la propia Tamara Falcó confesó que «algo hay» entre ella y Hugo Arévalo, quien fuera amigo de la pareja. Entonces, ya sonaban los rumores de que la marquesa de Griñón podría estar a punto de reconciliarse con el empresario, y parecía evidente que la casta Tami nadaba entre dos aguas, una versión que el tiempo no ha hecho más que confirmar.
Los gestos hablan
Una sonrisa de Íñigo Onieva cuando se le preguntaba esta misma semana por Tamara Falcó delataba que algo estaba pasando. El empresario había retirado además hace unos días el bloqueo en redes sociales que había hecho a su expareja poco antes.
Y aunque podía ser reprochable la actitud que Onieva tuvo con Tamara, lo cierto es que desde que se anunció la ruptura, el madrileño ha cambiado de forma radical su estilo de vida. Nada de fiestas ni de escándalos. Onieva se refugiaba en la religión, acudía a misa regularmente y este verano se entregaba al camino de Santiago. Gestos que probablemente han sido muy valorados por la marquesa para concederle el perdón. Un via crucis personal en el que parecía redimir todos sus pecados, arrepentido como se mostraba por haber perdido a su prometida. El nuevo Íñigo se mostraba serio en público, cabal y sereno. Una imagen destinada a que se olvidase el «desfase» de sus fiestas. Una imagen que tenía un único objetivo: reconquistar a Tamara.
Pedida, boda, ruptura
En tan solo cinco días, Tamara Falcó pasó de anunciar, enamoradísima e ilusionada, que se casaba con Íñigo Onieva a devolverle el anillo de pedida y a dejar de seguirlo en las redes sociales, tras hacerse público –un día después del anuncio del compromiso– el ya famoso vídeo en el que se veía a su pareja besando a la modelo brasileña Marina Theiss, en el festival Burning Man, que se había celebrado hacía dos semanas. Tenían previsto casarse el 17 de junio del 2023.
Onieva empezó negando que las imágenes fueran recientes, e incluso le pusieron al mal tiempo buena cara y juntos acudieron a la boda de unos amigos aquel viernes 23 de septiembre, mostrando una total indiferencia a los rumores. Pero al final Íñigo acabó reconociendo la infidelidad. Desde que Tamara dio por acabada la relación hace ahora tres meses, el hostelero no ha dejado de dar muestras de que quería volver junto a ella. No solo aseguró que haría «crecer» el anillo de compromiso sino incluso contratando a una portavozpara mejorar su imagen.
Dos o tres citas con Hugo Arévalo
La relación con Hugo Arévalo, el tercero en discordia, se limitó exclusivamente a dos o tres citas, según confirmó la propia Tamara Falcó. Se conocían desde hacía tiempo, ya que ambos pertenecían al mismo grupo de amigos y habían pasado algunos días de vacaciones juntos este verano. Una escapada en la que también estaba Íñigo Onieva. No parecía nada serio y pronto surgían, no se sabe si con intención de distanciamiento o no, rumores que situaban al emprendedor en actitud comprometida y con otras parejas. A día de hoy, nada se sabe del paradero de Arévalo, lo que está claro es que los planes de pasar el Fin de Año juntos quedaron en agua de borrajas.