Enrique Ponce se niega a sí mismo al desmentir que quiera casarse con Ana Soria este mismo año. No hace ni dos meses que confesaba en una revista que le iba a pedir matrimonio a su joven novia y que su intención era pasar por el juzgado en este 2022.
Ahora se desdice, quizás, según una fuente cercana al torero, porque “su idea es celebrar una boda discreta, con pocos invitados y sin montar un circo mediático. Pero, todos sabemos que quieren contraer matrimonio. No existe el menor impedimento para hacerlo, porque Enrique está divorciado y Ana es soltera”.
Ponce tiene muy claro que quiere pasar el resto de su vida con la estudiante de Derecho, enamorado y, dicen, encoñado, parece alguien que vive su primer amor de juventud, se siente rejuvenecido y se ha integrado totalmente en la pandilla veinteañera de su pareja.
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No se entiende ahora que niegue lo que antes confirmaba, que se cierre en banda ante un rumor que él propició. A lo mejor es que los padres de Ana, muy tradicionales, le han pedido que no airee más sus propósitos matrimoniales.
Diga lo que diga en sentido contrario, Enrique y Ana ya han hablado de la posibilidad de unirse oficialmente más pronto que lejos.
