Después de 103 días de convivencia convirtiéndose en la edición más larga de la historia de Supervivientes, los cinco concursantes que aún se mantienen en la lucha están más unidos que nunca. Asraf, Adara, Artur, Bosco y Jonan han protagonizado peleas, discusiones y roces de convivencia pero, sobre todo, más de un centenar de días solos superando sus miedos y sufriendo para luchar por la supervivencia. Los cinco viajarán a España en un tramo final atípico en el que continuará su aventura en una casa aislada.
A pesar de todos los rifirrafes que se han generado entre ellos, la amistad ha prevalecido. Así al menos se lo confesaban a Oriana Marzoli que se sorprendía al ver a Adara y Asraf llevándose bien después de que estallara todo por los aires. “Ahora estamos bien, hacemos convivencia”, explicaba Adara ante la afirmación de Asraf. Una calma que se veía más tarde en la prueba de recompensa.
Los cinco tenían que hacer un puzzle con piezas que tenían que recoger pasando diferentes obstáculos. Asraf era el primero en acabar y tras él lo hacían Artur y Bosco. Todos los que terminaban tendrían recompensa, si no, se quedarían sin probar la tarta de queso con mermelada de fresa. Al paso de los minutos, Laura Madrueño permitía que los que habían terminado ayudasen a sus compañeros, y mientras Bosco se lanzaba a por una pieza que se le había caído a Jonan y Artur le ayudaba a él, Asraf ayudaba a su amiga.
Después de momentos de tensión amenizados con los comentarios de Jonan, Asraf y Adara terminaban su puzzle lo que hacía que ambos se agarraran de las manos gritando de alegría y Adara se echara a los brazos de su amigo. “Hemos visto cómo, después de todo, se han reconciliado y se han dado un abrazo sincero”, apuntaba Raquel Mosquera.
Y es que después de todo, Asraf y Adara han demostrado que no solo se llevan bien sino que recuerdan los momentos que han compartido en la isla, dando a los espectadores una celebración muy similar a la vivida en la prueba en la que tenían que averiguar palabras en garífuna.
