Carmen Lomana ya hizo referencia este fin de semana a los retoques estéticos de Isabel Preysler: «¡Qué pena y qué mal operada está! Hay gente que está maravillosamente bien operada y otra que no», dijo en Mediaset, ganándose un minuto de gloria como colaboradora de televisión.
No es la primera vez que se ponen sobre la mesa las operaciones estéticas de la ex de Mario Vargas Llosa. El tema vuelve a estar candente, ya que todo lo que rodea a la reina de corazones tras su reciente y mediática ruptura con el Nobel peruano despierta un gran interés.
A sus 71 años, la madre de Tamara Falcó luce una piel muy cuidada y luminosa. En el desaparecido Viva la vida ya aseguraron hace un tiempo que la filipina se habría dejado en el quirófano una cantidad escalofriante, que podría oscilar entre los 60.000 y los 90.000 euros. Ahí es nada.
Así las cosas, el doctor José Manuel Gómez Villar analizó minuciosamente su rostro. Detectó dos liftings faciales (con un valor actual de 16.000 euros), un lifting cervical (7.000 euros), una bichectomía y prótesis molares para resaltar los pómulos (2.000 y 5.000 euros), bótox (400 euros cada sesión) y cócteles de vitaminas (150 euros por sesión).
La madre de Enrique Iglesias también habría cuidado su dentadura con blanqueamiento y corrección dental (11.000 euros). A estos retoques se sumarían una blefaroplastia para retirar piel del párpado, relleno de labios (también de orejas) y hasta tres rinoplastias (el tipo de operación más famoso en la nariz), que habrían alcanzado un valor de 21.000 euros.
Preysler se encuentra desde finales de año en Miami, alejada de la tormenta mediática que ella misma desató al anunciar, vía exclusiva, su ruptura con el autor de La fiesta del Chivo. «Mario y yo hemos decidido poner fin a nuestra relación definitivamente». Según su versión, los celos infundados del Nobel fueron el detonante. Según el entorno del escritor, no han sido los celos sino los diferentes estilos de vida de los dos. Tras casi ocho años juntos se les rompió el amor… No sabemos si de tanto usarlo.