Se encuentra a miles de kilómetros de distancia, en la costa oeste de Estados Unidos, pero a Andreíta le llegan todas las noticias referentes a su familia. Por tanto, se enteró del furibundo ataque de su madre, Belén Esteban, contra su padre, Jesulín, y sus indirectas negativas hacia su hermana Julia. No quiere que la princesa del pueblo entorpezca su acercamiento con su familia paterna.
Andrea huye de todo enfrentamiento y le ha vuelto a pedir a su progenitora que deje de organizar trifulcas porque, al final, ella sale salpicada de una forma u otra. Además, en estos últimos años ha afianzado su trato con Jesús y con Julia, incluso ha asistido a algunos de los acontecimientos sociales más importantes de los ‘jesulines’, como fue su viaje a Arcos de la Frontera para conocer a su hermano recién nacido, Hugo.
La joven veinteañera nunca ha protagonizado el menor enfrentamiento entre los Janeiro y los Esteban, eligió desde su mayoría de edad el anonimato absoluto, pidiendo encarecidamente a la prensa que la dejen tranquila.
Sabemos que a lo largo de estos últimos años ha recibido jugosas ofertas para sentarse en un plató de televisión y las ha rechazado todas. Su vida personal es suya y no la comparte con nadie que no sea de su familia o de su círculo más íntimo. Es más, ni tan siquiera se ha desvelado si continúa con su relación sentimental con Daniel Wozza, un chico británico al que conoció durante unas vacaciones en Benidorm. Después, los dos coincidieron en el Birmingham Metropolitan College. Daniel perdió a su madre muy joven y se alistó en el ejército. Han llevado su noviazgo alejado por completo del mundo mediático.
Todo lo contrario que su hermana Julia, quien no oculta sus amores. Le gustan demasiado los futbolistas y, que se sepa, en su currículo de conquistas aparecen Brayan Mejía, al que conoció cuando jugaba en el Aranjuez, el deportista Alex Balboa, del Alavés B, y su ex novio, con el que acaba de romper, el italiano Tommy Rossi, del Getafe B. Los dos primeros fueron protagonistas de una fuerte discusión en la puerta de una discoteca, con Julia por medio, intentando separarles para que no llegaran a las manos. Con tan mala suerte que sufrió un violento empujón y cayó al suelo. El asunto acabó con una denuncia contra Brayan por lesiones, daño psicológico y un molesto proceso judicial.
Es evidente que Andreíta y Juls, como se denomina a sí misma en sus redes sociales, tienen poco que ver la una con la otra. En todos los aspectos de la vida. La discreción total contra el exhibicionismo mediático.