En este último mes el calendario ha estado marcado por las bodas de famosos.La semana pasada Tamara Falcó se convertía en esposa de Íñigo Onieva, y en la anterior era el guardameta De Gea quien se unió a Edurne. Según ha podido saber Vanitatis dentro de poco será el turno de Carolina Monje.
Hace alrededor de tres años Caroline Monje se despedía de su entonces novio Aless Lequio. El hijo de Ana Obregón falleció con 27 años el 13 de mayo de 2020, tras una lucha de 24 meses contra el cáncer. Carolina, que pasó hasta su último momento con él, ha encontrado de nuevo el amor.
La joven, que cuenta con su propia marca de ropa, se casará con el empresario Álex Lopera. No sin antes un fin de semana para homenajear lo que está por venir.
Durante este fin de semana, que empezó el jueves, no han parado de venir invitadas para celebrar las múltiples fiestas que sus amigas han organizado antes del que será el primer día del resto de su vida.
Según los planes de ambos, ese día llegará a finales de verano. Además, según han informado familiares a la revista Vanitatis, tendrá lugar en la Costa Brava.
El padre de la novia posee grandes negocios hoteleros en Ibiza, aunque su familia también tiene numerosos inmuebles en muchas partes del país, por lo que podrían celebrar la boda en el lugar que ellos quisieran.
Un pasado que duele
Carolina Monje se ha visto en unos meses duros, después de que Ana Obregón apareciera en las revistas con el hijo del que fue su novio. La gestación subrogada a la que acudió la Obregón generó gran polémica en toda España. A pesar de todo, Monje ha señalado que no quiere verse envuelta en esa historia y ha mantenido una negativa a conocer a Anita, la que es hija de Alessandro Lequio a título póstumo.
Una vez pasado el tiempo, Carolina Monje se permite ser feliz de nuevo y escribir un futuro al lado de su actual pareja. Mientras espera la llegada de ese futuro sus amigas le han preparado una despedida a lo grande.
Lo que sí se puede prever es la importancia que le dan a la discreción. La pedida tuvo lugar en uno de los salones privados del restaurante Vía Veneto, uno de los más exclusivos de Barcelona. Sólo 10 fueron los invitados al acto. Esto, sumado a la íntima despedida de soltero que se ha planeado, se puede afirmar que la boda seguirá el mismo cauce.