La vedette se ha sentado este martes en el chester de Risto Mejide para desvelar los detalles hasta ahora inéditos de su relación con el emérito. Bárbara Rey ha contado que hubo dos etapas en su relación con don Juan Carlos: antes de su boda con Ángel Cristo, en la que todo fue maravilloso, y tras su separación, cuando la actriz descubrió la cara más oscura del jefe del Estado: «Cuando tengo la sentencia de divorcio, él contacta de nuevo conmigo y retomamos lo nuestro».
La actriz insinúa que él fue el artífice de su colaboración con la UCD: «Me pidieron el favor, y no fue Adolfo Suárez, yo a ese señor le vi una vez y mejor que no le hubiera visto, que cada uno piense lo que quiera», cuenta. «Yo estaba trabajando muy bien, me estaba yendo de maravilla, cuando colaboré con la UCD se fue todo al traste mi trabajo». Ella pidió una audiencia con el presidente, le explicó lo sucedido, pero nadie la ayudó: «Me llamó su cuñado y me dijo no puede ser, se te ha asociado mucho al presidente, que si podíais tener algo, que eres la musa de UCD… Y no había visto al presidente en la vida, salvo en el telediario y los poster de la campaña o las pegatinas que llevábamos aquí». Y añade: «Me dijo que no podían ni recomendarme para nada, porque se había comentado mucho que había algo entre él y yo. No había nada. Desde ese momento, Suárez se me cayó».
Tampoco lo hizo Juan Carlos: «Se portó muy mal conmigo». Entonces, Bárbara y el rey mantenían tórridos encuentros en una casa a las afueras de Madrid y comenzaron a vigilarlos: «Conmigo ha hablado de todo, en la cama se habla de muchas cosas. Había otra gente que nos grababa. Él me dijo que teníamos que cambiar el lugar de encuentro porque estaba todo lleno de cámaras». En aquel momento, ella decidió también grabarlo: «Una mala amiga me dijo que lo hiciera y lo hice. No iba a utilizarlo, no lo he hecho nunca, pero me lo robaron y está claro que lo han utilizado».
Poco después, Bárbara y el rey fueron fotografiados y el autor de las imágenes chantajeó a Zarzuela. Ahí comenzó la pesadilla de la actriz: «Me perjudicó enormemente a nivel profesional. Me vetaron y yo tenía que mantener a mis hijos y él no hizo lo más mínimo. Le hablé claramente a él. No sé lo que pudo hacer luego él después, a quién le pidió ayuda y qué es lo que hizo. Si estoy con una persona que es mi amante y yo necesito, porque a mis hijos les van a echar del colegio, por ejemplo, el que tiene que solucionar la papeleta es él. Lo que él hizo o dejó de hacer lo desconozco. Yo solamente sé que me puse a trabajar en televisiones públicas. El dinero que cobraba era público porque era de televisiones públicas, pero si alguna vez hubo algo que saliera de los fondos, yo eso lo desconozco por completo. Y eso sería él». Y niega, tajante, que recibiera dinero a cambio de silencio, tal y como aseguraban los famosos papeles de Manglano, ex jefe del CESID («Le he dado a Bárbara 25 millones de pesetas. Le daré más…», decían): «Nunca me llegó ningún dinero. Le dije muchas veces que me hacía falta, pero ni si quiera cuando mi hermana enfermó de cáncer me ayudó. Nada».
En este punto de la entrevista, Bárbara se muestra incómoda y corta por lo sano: «No quiero hablar más de él, porque no me trae buenos recuerdos y mira tú que no le deseo nada malo, todo lo contrario, le deseo que le vaya bien… A mí mi carrera me la destrozó totalmente. Por eso cuando dicen que me he beneficiado y tenido una serie de prebendas… No, perdona, soy una persona que ha trabajado mucho».