Desde Miami y mientras cuida a su hija-nieta, Ana García Obregón está muy pendiente de lo que se dice de ellas en nuestro país. En este sentido, la actriz de 68 años ha reaccionado a una información publicada en las últimas horas. “Madre mía, qué imaginación tenéis, esa noticia es completamente falsa”.
La presentadora de ¿Qué apostamos? asegura que no ha contratado a un guardaespaldas en Miami, donde reside con la pequeña Ana Sandra Lequio Obregón hasta que arregle los trámites relacionados con la niña y llegue el esperado momento de regresar a Madrid, donde sus familiares y amigos más íntimos las esperan para darles una cálida bienvenida.
En las fotos publicadas por Semana este miércoles, Obregón aparece con Delfín Fernández, una persona a la que ya recurrió Ana en la década de los 2000 cuando se enteró de que su nombre estaba en la lista de posibles objetivos de la banda terrorista de ETA.
Ana y las redes sociales
La madre de Aless Lequio también aprovecha su ventana de las redes sociales para celebrar el éxito de ventas de su libro, El chico de las musarañas, publicado el pasado 19 de abril. Lo comenzó a escribir su hijo y lo terminó ella. Los beneficios de los derechos de autor van destinados a la Fundación Aless Lequio, que recauda dinero para la investigación contra el cáncer.
En Instagram, desde que nació la niña el pasado 20 de marzo, también ha estado muy pendiente de la repercusión que ha alcanzado su gestación subrogada. “Ana Jr. hablan de ti, en los periódicos de todo el mundo. Te protegeré siempre”, llegó a escribir.
Su decisión abrió varios debates en las principales tertulias de televisión: la moralidad de los vientres de alquiler, ilegales en nuestro país, uno; la edad de la protagonista de Ana y los 7 para convertirse en madre o tutora legal de un bebé, otro. Según ha contado Obregón, recurrió a la gestación subrogada y al semen congelado de su hijo fallecido hace tres años para cumplir con la última voluntad del joven emprendedor, que murió el 13 de mayo de 2020 a los 27 años por sarcoma de Ewing.
